¡SÁBADO NEGRO PARA LOS MEXICANOS EN ESTADOS UNIDOS!
En un despliegue aterrador, agentes del ICE, camuflados con uniformes militares y armados, llevaron a cabo una ofensiva nacional contra la comunidad mexicana en Estados Unidos este fin de semana. Desde Los Ángeles hasta Chicago y Phoenix, cientos de personas fueron detenidas en un operativo que no respetó órdenes judiciales ni procesos legales, dejando en shock a la comunidad.
Los agentes, sin identificarse, irrumpieron en fábricas, talleres y barrios con alta población mexicana, como Boyle Heights y La Villita, interceptando a trabajadores que cumplían con sus citas migratorias o simplemente salían de sus turnos. En total, se estima que al menos 170 mexicanos fueron arrestados en un solo día, muchos de ellos sin antecedentes ni razón aparente para su detención. Testigos relatan que agentes se escondían entre los arbustos, listos para actuar, y que incluso intentaron bloquear la grabación de los hechos.
La ironía es escalofriante: mientras la comunidad sufría esta brutal represión, el presidente de los Estados Unidos se encontraba en su campo de golf, ajeno a la crisis que desencadenaba su administración. Este ataque, que se lleva a cabo en un día cuando los consulados están cerrados y los abogados no pueden intervenir, es una clara estrategia de desvío y control.
Las redes sociales estallaron en indignación mientras se compartían videos del horror vivido. Los líderes comunitarios expresaron su desesperación ante la falta de ayuda y respuesta del gobierno. La situación refleja un alarmante giro en la política migratoria, donde los derechos humanos son ignorados en favor de una narrativa de poder y control.
Este “sábado negro” no es solo un incidente aislado, sino una advertencia de que la persecución de los más vulnerables se ha normalizado. La comunidad debe unirse y alzar la voz; el silencio solo alimenta la opresión. ¡Es hora de actuar!