**Título: TRUMP PIERDE EL CONTROL: TANQUES TOMAN LAS CALLES EN D.C.**
Un despliegue militar sin precedentes sacude Washington D.C. mientras tanques de guerra y miles de soldados inundan las calles, una escena que evoca las dictaduras más sombrías de la historia. En un giro alarmante, el presidente Donald Trump ha federalizado la Guardia Nacional y enviado más de 2,000 soldados a California, a pesar de que el gobernador Gavin Newsom aseguró que las protestas en la ciudad estaban bajo control y eran mayoritariamente pacíficas, según el FBI.
La situación escaló drásticamente en las últimas 72 horas, cuando Trump, rodeado de tropas en una base militar, incitó a los soldados a abuchear a los periodistas, una maniobra que no solo desafía la libertad de expresión, sino que también marca un preocupante uso del ejército como herramienta política. Este acto de provocación se produce en un contexto de creciente militarización y represión mediática, donde el gasto militar ya supera los 134 millones de dólares en un operativo que parece más un capricho presidencial que una respuesta a una crisis real.
Mientras tanto, la administración Trump planea un desfile militar en Washington, que se estima costará entre 400 y 500 millones de dólares, una ostentación de poder que recuerda a regímenes autoritarios. En medio de este caos, el vocero de la Casa Blanca celebró el despido de un periodista de ABC por criticar al presidente, un acto que subraya la creciente represión de la libertad de prensa.
La historia está advirtiendo: la militarización de la política y el uso del ejército para silenciar a los críticos son pasos peligrosos hacia un estado autoritario. La comunidad internacional observa con preocupación cómo Estados Unidos, una nación que se presenta como defensora de la democracia, se convierte en un escenario de control y represión. La resistencia debe levantarse, porque lo que está en juego es la esencia misma de la libertad.
