**TRUMP ENFURECE AL DESCUBRIR QUE CANADÁ HA EXCLUIDO A LOS BANCOS ESTADOUNIDENSES DE SUS OBLIGACIONES – UN GOLPE DEVASTADOR A LA ECONOMÍA DE EE. UU.**
En un giro sorprendente y potencialmente devastador, Canadá ha decidido excluir a los bancos estadounidenses de su reciente emisión de bonos, marcando un antes y un después en las relaciones económicas entre los dos países. Por primera vez en medio siglo, Wall Street ha sido borrado de la lista de participantes en las obligaciones en dólares canadienses, un movimiento que podría resquebrajar el equilibrio financiero de América del Norte.
La emisión de bonos de Ontario por 2 mil millones de dólares y la mega licitación de Alberta por 4 mil millones han dejado a los gigantes de Wall Street fuera de la ecuación, reemplazados por instituciones canadienses y británicas. Este cambio no es solo un gesto simbólico; es un claro indicio de que la guerra comercial y los aranceles con Washington han llegado al corazón del sistema financiero.
Mientras las alarmas suenan en Bay Street, la decisión de Canadá de buscar nuevos mercados en Asia y diversificar sus fuentes de financiamiento se convierte en una estrategia de supervivencia. Los reguladores canadienses están acelerando esfuerzos para establecer nuevas cadenas de exportación, y se están viendo cambios en la forma en que se realizan las transacciones financieras. Las empresas locales están tomando decisiones difíciles, mientras que la incertidumbre sobre los términos de financiamiento en EE. UU. se cierne sobre el horizonte.
Este movimiento no solo afecta a las grandes instituciones; pequeñas empresas canadienses están sintiendo el impacto, y los mercados de divisas están experimentando temblores. La exclusión de los bancos estadounidenses de las licitaciones públicas significa que las empresas canadienses ahora priorizan proveedores de países aliados, dejando a EE. UU. en una posición vulnerable.
Con el futuro de la economía estadounidense en juego, la pregunta persiste: ¿podrá el imperio del dólar resistir este golpe? La respuesta se dibuja en el horizonte, y el tiempo dirá si Canadá podrá mantener su independencia financiera o si ambos países se ahogarán en un mar de incertidumbre económica.