**¡Canadá Abandona el Dólar! Estados Unidos Impactado por la Venta de Bonos del Tesoro ante las Tarifas de Trump**
En un movimiento sorprendente que sacude los cimientos de la economía global, Canadá y potencias asiáticas han vendido $36 mil millones en bonos del Tesoro de EE.UU. en un solo mes, desatando una ola de inquietud en Washington. Este acto no es solo una reacción a las tarifas impuestas por el presidente Donald Trump, sino un claro mensaje sobre la creciente desconfianza hacia el dólar como refugio seguro en un clima de tensiones geopolíticas.
Los fondos de pensiones canadienses, junto con oficinas familiares de Hong Kong y el gigante de la tesorería de Beijing, lideraron esta venta masiva, que no puede ser ignorada. A medida que las relaciones entre EE.UU. y sus aliados se deterioran, el Tesoro de EE.UU. enfrenta un desafío sin precedentes. La administración canadiense, ofendida por las referencias de Trump a su país como el “51º estado”, ha decidido reducir su exposición a los bonos estadounidenses en un 10% durante los próximos tres años, una estrategia que refleja un cambio radical en la diplomacia financiera.
Los signos de alerta han estado presentes desde marzo, cuando bancos europeos comenzaron a cerrar contratos de futuros de 10 años en volúmenes tres veces mayores a lo habitual, optando por valores denominados en euros. Este movimiento indica una transferencia deliberada de riesgo geopolítico, lo que sugiere que las tensiones entre Washington y sus socios están afectando la estabilidad del dólar.
Con el informe TIC de mayo de 2025 a la vista, el mundo observa cómo la venta de bonos podría transformar el orden monetario global. Si la demanda extranjera por los bonos del Tesoro sigue disminuyendo, EE.UU. podría verse obligado a depender más de la financiación interna, lo que podría llevar a un aumento de costos de endeudamiento y una desaceleración económica.
La erosión de la confianza en el dólar como moneda de reserva está en marcha, y las repercusiones de este movimiento podrían ser profundas. Mientras el mundo se adapta a esta nueva realidad, la pregunta persiste: ¿cómo responderá EE.UU. a esta creciente presión económica y política? La balanza de poder financiero está cambiando, y el tiempo para actuar es ahora.