**¡México ya no es sirviente de Estados Unidos! ¿Cambia G7 por BRICS?**

En un giro histórico que sacude los cimientos del orden mundial, México ha decidido romper con su dependencia de Estados Unidos y dar un paso audaz hacia el BRICS, abandonando el G7. Durante más de un siglo, el país azteca vivió bajo la sombra de Washington, pero ahora se alza con fuerza, impulsado por la construcción de una mega refinería petrolera que promete transformar su futuro energético.

Este ambicioso proyecto, respaldado por México, Rusia y Canadá, representa un terremoto geopolítico. La refinería no solo garantizará la autosuficiencia energética de México, sino que también lo posicionará como un competidor clave en el mercado global de productos refinados. La dependencia de gasolina y diésel importados, que durante décadas ha sido un yugo, se convertirá en una fortaleza estratégica.

La participación de Rusia ha encendido alarmas en Washington, mientras que Canadá, a pesar de su alianza con Estados Unidos, se une a este esfuerzo para diversificar su economía. La presidenta Claudia Shainbaum ha dejado claro: “México es soberano. Decidimos con quién construir nuestro futuro”. Esta declaración marca un antes y un después en la política mexicana.

La reacción de Donald Trump ha sido explosiva, calificando la alianza como una amenaza a la seguridad nacional y prometiendo represalias. Sin embargo, el gobierno mexicano se mantiene firme. La opinión pública estadounidense también comienza a cuestionar la postura beligerante de su ex presidente, evidenciando un cambio en la percepción del poder en la región.

Mientras tanto, otros países de América Latina observan con atención. Brasil y Argentina ya están considerando replicar este modelo de autonomía. México se perfila no solo como un líder regional, sino como un actor global dispuesto a desafiar el dominio del G7. La era de un México soberano y respetado ha comenzado, y el mundo ya no gira solo alrededor de Washington.