**Título: Canadá Desata una Tormenta Global contra los Aranceles de Trump en el G7 — La Respuesta de Carney Deja a Todos en Shock**
En una jugada audaz que ha sacudido los cimientos del comercio global, Canadá ha levantado la voz contra los aranceles del 50% impuestos por el presidente Donald Trump, desatando una crisis en la cumbre del G7 en Alberta. La tensión entre ambas naciones ha alcanzado un punto álgido, con protestas masivas en las calles canadienses y fábricas cerradas desde Montreal hasta Vancouver.
El primer ministro canadiense, Mark Carney, ha adoptado una postura firme, rechazando las amenazas de Trump con una declaración contundente: “Mi país no está a la venta”. Mientras tanto, el presidente estadounidense, en un intento por mostrar fuerza, ha afirmado que “los trabajos están regresando” a EE. UU., pero la realidad es que la industria automotriz se tambalea y los trabajadores canadienses sienten la presión.
Las protestas han estallado en todo Canadá, con ciudadanos de diversas clases sociales exigiendo que se ponga fin a la agresión comercial. Los manifestantes han llenado las calles con letreros que dicen “Los aliados no se doblegan ante los matones”, enviando un mensaje claro a la administración de Trump. Un informe filtrado sugiere que Washington está preocupado por la creciente ira del público canadiense, que se dirige no solo a China o Europa, sino a Estados Unidos.
Mientras las conversaciones en el G7 se tornan cada vez más tensas, Carney ha dejado claro que no habrá acuerdos hasta que se restablezcan las reglas justas. La falta de un comunicado conjunto al final de la cumbre subraya la profunda división entre los líderes. La situación no solo amenaza a la economía canadiense, sino que también podría desestabilizar la producción automotriz en América del Norte.
Con los mercados temblando y el futuro del comercio en juego, la presión está sobre ambos líderes. Las decisiones que se tomen en los próximos días podrían tener repercusiones duraderas en la economía global. Mientras tanto, Carney se embarca en una gira diplomática, dejando en claro que esta crisis no terminará fácilmente. La pregunta persiste: ¿quién pagará el precio de esta guerra comercial?