**Rechazo a los envíos de trigo estadounidense: ¡Los compradores se vuelven hacia los mercados canadienses! Trump no lo vio venir**

En un giro sorprendente que podría redefinir el comercio internacional de granos, los compradores de trigo han comenzado a rechazar los envíos de Estados Unidos, optando por contratos con Canadá, Australia y Argentina. Este cambio, que se ha gestado silenciosamente desde el verano de 2024, ha alcanzado un punto crítico en 2025, dejando a la industria agrícola estadounidense en estado de alerta.

Durante décadas, el trigo estadounidense fue considerado el estándar de oro en el comercio global, pero ahora, compradores de países como Filipinas, Francia, Corea del Sur y México han comenzado a reestructurar sus cadenas de suministro, cancelando contratos con proveedores estadounidenses. El informe de Agropulse Data Services revela que, solo en el primer trimestre de 2025, las importaciones de trigo estadounidense en Francia cayeron a su nivel más bajo desde 2002, mientras que las importaciones canadienses se dispararon.

Los factores detrás de esta drástica decisión no son meramente económicos. La falta de confiabilidad logística, la irregularidad en la certificación de calidad y la inestabilidad política en Washington han creado un clima de desconfianza. Un ejemplo alarmante es el grupo de molienda San Miguel en Filipinas, que, después de años de depender del trigo estadounidense, ha optado por proveedores canadienses y australianos, cancelando contratos por 110,000 toneladas.

La situación es crítica: la participación de mercado de trigo estadounidense en México se ha reducido del 32% al 17%, y se estima que la pérdida en el mercado coreano podría costar a Estados Unidos 410 millones de dólares, traducidos en miles de empleos perdidos en el Medio Oeste.

Si esta tendencia continúa, se prevé que las exportaciones anuales de trigo estadounidense disminuyan en 10 millones de toneladas, un golpe devastador para la economía agrícola. Con la incertidumbre política y la falta de innovación tecnológica en el proceso de certificación, la posición de Estados Unidos en el mercado global de trigo está en juego.

La pregunta es clara: ¿podrá Estados Unidos recuperar su estatus como proveedor confiable antes de que sea demasiado tarde? La respuesta puede determinar el futuro de la agricultura estadounidense y su impacto en la economía en general.