**Trump ENLOQUECE al darse cuenta de que la audaz decisión de Canadá EXPLOTA el sector de la vivienda en EE. UU.**
En un giro inesperado, la reciente reducción de aranceles por parte de Washington ha desatado una tormenta en el sector de la vivienda estadounidense. Mientras la tasa de derechos de aduana se desploma del 8.6% al 4%, Canadá responde con un audaz impuesto al carbono sobre la madera blanda, un movimiento que podría desestabilizar aún más el mercado inmobiliario de EE. UU. La introducción de un arancel basado en la huella de carbono por parte de Ottawa plantea serias preocupaciones sobre el futuro de los costos de construcción en América del Norte.
El 22 de julio, el Departamento de Comercio de EE. UU. anunció la reducción de aranceles, pero apenas cinco días después, el Ministerio de Finanzas canadiense reveló su propuesta de un “impuesto fronterizo de carbono”. Este nuevo enfoque vincula la disputa de la madera blanda, que ha persistido durante dos décadas, con parámetros climáticos, sugiriendo que cualquier fluctuación de precios podría impactar no solo en el comercio, sino también en la inflación de la vivienda.
Con un costo promedio de $29 menos por tonelada para la madera canadiense, la aparente reducción de costos es engañosa. Un impuesto de carbono de $28 canadienses por tonelada podría elevar los precios de la madera estadounidense en el mercado canadiense, limitando así cualquier alivio que la disminución de aranceles pudiera haber ofrecido a los constructores y compradores de viviendas en EE. UU.
La Asociación Nacional de Constructores de Viviendas advierte que los costos de la madera representan el 6% del costo promedio de una vivienda unifamiliar. Aunque la reducción de aranceles podría parecer beneficiosa, la implementación del nuevo impuesto al carbono podría neutralizar esos beneficios, manteniendo los precios de la vivienda en niveles preocupantes.
Con el mercado de la vivienda estadounidense ya en una fase de enfriamiento y el aumento de las tasas de interés, la presión sobre los constructores y los compradores de viviendas se intensifica. La incertidumbre económica y la posibilidad de un aumento en los costos de construcción están enviando ondas de choque a través del sector.
La pregunta que queda es: ¿podrá la industria de la construcción estadounidense adaptarse a este nuevo panorama o se verá atrapada en un ciclo de costos crecientes y demanda decreciente? La respuesta podría definir el futuro del mercado inmobiliario en EE. UU. en los próximos años.