Red Bull Racing enfrenta una crisis monumental tras la ruptura de contrato con Sergio “Checo” Pérez y el despido de Christian Horner. En un giro inesperado que ha sacudido el mundo de la Fórmula 1, la escudería de bebidas energéticas se ve obligada a desembolsar entre 50 y 60 millones de libras en indemnizaciones, lo que podría llevar sus pérdidas totales a cerca de 100 millones de dólares en cuestión de meses. Este impacto financiero no solo pone en riesgo su capacidad para fichar talentos en el futuro, sino que también podría desestabilizar su estructura interna.
El despido de Horner, quien ha sido una figura clave en el éxito de Red Bull durante dos décadas, deja un vacío considerable. Su influencia abarcaba desde la dirección del equipo hasta la supervisión de motores y marketing, lo que hace que su salida sea un golpe devastador. Con un contrato vigente hasta 2030, la escudería no pudo evitar una indemnización que podría afectar gravemente su presupuesto para la temporada 2025.
A medida que la situación se desarrolla, los rumores sobre el futuro de Horner en el equipo Alpine han comenzado a circular. Sin embargo, estas especulaciones parecen prematuras, ya que la noticia de su despido se conoció apenas minutos después de su emotivo discurso de despedida. Además, el futuro de Alpine en la Fórmula 1 está en el aire, dependiendo de la dirección que tome el nuevo CEO de Renault.
La situación es crítica y Red Bull se encuentra en una encrucijada. La salida de patrocinadores y el descenso en el rendimiento del equipo son solo la punta del iceberg. La presión aumenta mientras los aficionados y analistas esperan respuestas sobre cómo la escudería planea recuperar su estatus en la élite del automovilismo. El tiempo corre y cada decisión cuenta en este momento decisivo para Red Bull Racing.