Caso Mikhael Correa: ¿un menor puede salir país sin autorización de uno de los padres? | El Comercio

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**Caso Mikhael Correa: Urgente Debate sobre la Salida de Menores del País**

En un giro alarmante de los acontecimientos, el caso de Mikhael Correa ha desatado un intenso debate legal sobre la autorización necesaria para que un menor salga del país sin el consentimiento de uno de sus padres. La abogada penalista Jacqueline López, especialista en derecho familiar, ha aclarado en una reciente entrevista que, en situaciones como esta, la regla general establece que se requiere la autorización de ambos progenitores, especialmente en casos de tenencia compartida.

La madre de Mikhael, que hasta el momento no tiene conocimiento de su paradero, se enfrenta a una angustiosa incertidumbre. Según López, la falta de autorización puede llevar a la figura delictiva de sustracción de menor, un delito grave que podría implicar serias consecuencias para el padre, quien presuntamente ha sacado al niño del país sin el consentimiento adecuado. “Esto no puede ser de una manera abrupta”, enfatizó la abogada, subrayando la necesidad de un acuerdo previo entre los progenitores.

Además, se ha planteado la importancia de escuchar la voz del menor en este proceso. La opinión de Mikhael, dada su edad y madurez, podría influir significativamente en cualquier decisión judicial futura. Sin embargo, la manipulación parental es un tema delicado que podría complicar aún más la situación. López advirtió sobre el fenómeno de la alienación parental, donde uno de los padres puede influir en el niño para que tome partido, lo que solo añade más tensión a un caso ya desgarrador.

Mientras la situación se desarrolla, la comunidad espera respuestas. ¿Dónde está Mikhael? ¿Cómo se permitió que un menor cruzara fronteras sin la debida autorización? Este caso no solo pone en jaque la seguridad de un niño, sino que también plantea preguntas críticas sobre la protección legal de los menores en situaciones de conflicto familiar. La urgencia de este caso resuena en cada rincón, y todos los ojos están puestos en el desenlace.

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