Max Verstappen ha roto el silencio tras la sorprendente destitución de Christian Horner, y sus palabras han encendido la chispa de la expectación en el paddock de Red Bull. En un giro inesperado, el piloto neerlandés ha elogiado a su nuevo jefe de equipo, Lauren Micki, destacando su enfoque y capacidad para hacer las preguntas correctas tanto a él como al equipo. “Me gusta cómo está trabajando”, afirmó Verstappen, dejando claro que su relación con Micki comienza con buen pie y promete un futuro brillante.

El cambio en la dirección de la escudería ha generado un nuevo clima interno, donde Helmut Marko ha asumido un papel de poder decisivo. “Este año será difícil ver los resultados, pero espero que en el próximo o en los dos próximos podamos notar el impacto real en el equipo”, añadió Verstappen, mostrando su entusiasmo por lo que está por venir. La declaración del campeón del mundo no solo refleja su optimismo, sino también una renovada motivación que podría ser clave en la lucha por el campeonato.

La tensión en Red Bull se palpita, y los ojos están puestos en cómo se desarrollará esta nueva era bajo la dirección de Micki. Con el clan Verstappen observando de cerca cada movimiento, la escudería austriaca se prepara para un año lleno de desafíos y oportunidades. La pregunta que todos se hacen ahora es: ¿podrá esta nueva dinámica llevar a Red Bull de vuelta a la cima? Con Verstappen al volante y un nuevo liderazgo, la temporada promete ser electrizante.