La salud de la princesa Irene de Grecia se encuentra en un estado alarmante, según declaraciones recientes de su hermana, la reina Sofía. En un conmovedor grito de desesperación, la reina madre ha admitido: “Mi hermana está muy mal”, revelando el profundo dolor que siente ante el deterioro de la salud de Irene, quien a sus 83 años enfrenta un momento crítico. La preocupación crece tras su ausencia en la tradicional recepción de verano en el Palacio de Marivent, donde la familia real se reunió, pero sin la presencia de Irene, un hecho que ha encendido las alarmas.
Fuentes cercanas informan que la princesa Irene ha tenido días difíciles, lo que ha llevado a los médicos a desaconsejarle viajar. Aunque su situación no es crítica, es lo suficientemente seria como para preocupar a la familia real. La reina Sofía, quien ha reducido sus compromisos oficiales y acortado su estancia en Mallorca a solo 48 horas, ha decidido estar al lado de su hermana en este momento tan delicado. Este gesto de amor y lealtad habla de una relación fraternal que va más allá de la sangre, donde Irene ha sido un pilar emocional para Sofía, especialmente desde la retirada del rey Juan Carlos de la vida pública.
La comunidad está invitada a unirse en oración por la pronta recuperación de la princesa Irene, mientras la reina Sofía demuestra que la verdadera realeza reside en los actos cotidianos de amor y compromiso. La situación es crítica y se siente la urgencia de apoyar a la familia real en este momento de dificultad. La historia de amor entre Sofía e Irene sigue siendo un recordatorio de que, en tiempos de crisis, lo esencial es cuidar de quienes siempre han estado a nuestro lado.