Rusia ha rechazado de manera contundente cualquier posibilidad de diálogo diplomático en el conflicto con Ucrania, intensificando sus ataques en el terreno tras una reciente llamada entre el presidente Vladimir Putin y Donald Trump. En declaraciones realizadas hoy, el portavoz del Kremlin, Dimitri Pescov, afirmó que los objetivos de Rusia en Ucrania no se pueden alcanzar a través de la negociación, lo que implica una escalada militar inminente.
La conversación entre Putin y Trump, que se extendió por casi una hora, dejó claro que no se han logrado avances significativos en las negociaciones. Trump expresó su frustración por la falta de progreso y su decepción con Putin, quien, según él, no muestra interés en detener la guerra. “No me gusta cómo está avanzando la situación”, comentó Trump tras la llamada.
Mientras tanto, los ataques rusos han aumentado en Ucrania, coincidiendo con una pausa en el envío de armas estadounidenses a Kiev, lo que genera preocupación sobre el futuro del apoyo militar. Ucrania, por su parte, no se queda atrás y ha intensificado sus operaciones con drones, resultando en la muerte de una mujer tras el impacto de un dron en un edificio de apartamentos en Rusia.
A pesar de la violencia, ambos países han logrado llevar a cabo un nuevo intercambio de prisioneros de guerra, un pequeño rayo de esperanza en medio del caos. Este acuerdo, alcanzado en junio durante conversaciones indirectas en Estambul, representa uno de los pocos resultados tangibles en un conflicto que sigue escalando sin un final a la vista.
La situación es crítica y se desarrolla rápidamente, con cada nuevo ataque y cada declaración oficial sumando tensión a un conflicto que parece lejos de resolverse. El mundo observa con ansiedad cómo se despliega este nuevo capítulo en la guerra de Ucrania, mientras las potencias globales se ven atrapadas en un juego peligroso de diplomacia y fuerza militar.