EE.UU. ha tomado una decisión drástica al revocar la visa del juez brasileño Alexandre de Moraes, quien lidera el juicio contra el expresidente Yair Bolsonaro por intento de golpe de estado. La noticia fue anunciada por el senador Marco Rubio, quien acusa a Moraes de crear un ambiente de persecución y censura que trasciende fronteras, afectando incluso a ciudadanos estadounidenses.

La medida de revocación afecta no solo al magistrado, sino también a sus aliados en la Corte Suprema y a sus familiares directos, con efecto inmediato. Rubio destaca que esta acción es parte de un esfuerzo más amplio para responsabilizar a aquellos que atentan contra la libertad de expresión, un principio fundamental para Estados Unidos.

El contexto de esta decisión es tenso. Moraes, miembro del Tribunal Supremo Federal de Brasil, ha sido clave en el proceso judicial contra Bolsonaro, quien enfrenta acusaciones de conspiración tras perder las elecciones de 2022. La situación se intensificó cuando Moraes ordenó que Bolsonaro llevara una tobillera electrónica y le prohibió el uso de redes sociales, alegando que el exmandatario incitaba a acciones hostiles desde Estados Unidos.

La respuesta de Bolsonaro no se ha hecho esperar. Apoyado por Donald Trump, quien ha amenazado a Brasil con aranceles del 50% a partir de agosto, el expresidente ha calificado la situación como un chantaje inaceptable, aunque no descarta el diálogo. La tensión entre ambos países está en su punto más alto, con implicaciones que podrían resonar en la política internacional.

Este giro en los acontecimientos marca un nuevo capítulo en la ya complicada relación entre Brasil y Estados Unidos, y el futuro de Bolsonaro pende de un hilo mientras se desarrollan estos eventos de alta relevancia. La comunidad internacional observa con atención cómo se desenvuelven estas tensiones.