**¡TRIUNFO BRICS! Tesla ya no obedece a EE.UU.**
En un giro sorprendente y devastador para la hegemonía estadounidense, Elon Musk ha decidido romper lazos con el gobierno de EE.UU., desatando una crisis sin precedentes en el ámbito tecnológico y político. Tesla, el gigante automotriz que alguna vez fue símbolo de la innovación estadounidense, ha optado por unirse a los BRICS, abandonando así a Washington y sus regulaciones.
La ruptura se intensificó tras un tweet explosivo de Musk el 5 de junio de 2025, donde acusó al expresidente Trump de ingratitud y sabotaje económico. Este acto de rebeldía fue el clímax de meses de tensiones que culminaron en una caída histórica del 14.3% en las acciones de Tesla, lo que se traduce en una pérdida de 150,000 millones de dólares en capitalización bursátil. En menos de 72 horas, Musk congeló colaboraciones federales, retiró a Tesla de subsidios de vehículos eléctricos y suspendió toda cooperación con el Pentágono.
Lo más alarmante es que Musk ha firmado un acuerdo secreto de infraestructura con los BRICS, lo que podría cambiar el equilibrio tecnológico mundial. Mientras la Casa Blanca intensifica su ofensiva regulatoria, Musk redirige recursos hacia un acuerdo de 2,300 millones de dólares con Brasil, sin ataduras estadounidenses. Starlink, su red de satélites, se expande en India, Sudáfrica y Brasil, esquivando el control geoestratégico del Pentágono.
Este movimiento no solo representa una pérdida de influencia para EE.UU., sino que también marca un cambio de soberanía tecnológica. La inteligencia artificial de Tesla ahora gestiona redes energéticas en China y Brasil, mientras que el Pentágono se enfrenta a un riesgo nacional inminente. Musk, quien fue visto como el ícono de la innovación estadounidense, ahora se convierte en un símbolo de la nueva autonomía digital multipolar.
La pregunta que todos se hacen es: ¿ha perdido Estados Unidos a su último tecnólogo indispensable? Con Musk fuera de la mesa, el tablero global de poder se reconfigura, y el futuro de la tecnología parece estar en manos de un nuevo modelo empresarial que ya no pide permiso para cambiar el mundo.