**Ucrania da un giro polémico: planea legalizar el uso de minas antipersona en medio de la guerra**
En un movimiento sorprendente y controvertido, el presidente ucraniano Volodimir Selenski ha firmado un decreto que podría llevar a Ucrania a retirarse del Tratado de Ottawa, que prohíbe el uso de minas antipersona. Esta decisión, tomada el pasado domingo, surge en un contexto de intensa guerra con Rusia, donde la seguridad de la población se ha convertido en una prioridad innegable.
El tratado, que prohíbe a los países firmantes adquirir, producir, almacenar o utilizar estos mortales artefactos, ha sido un pilar en la lucha por la protección de los civiles. Sin embargo, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Ucrania ha declarado que, ante la amenaza constante del conflicto, el país se ve obligado a priorizar la defensa del Estado y la seguridad de sus ciudadanos, calificando esta decisión como “difícil pero necesaria”.
Más de 160 países son firmantes del tratado, pero Ucrania se encuentra en una situación única, enfrentando una invasión que ha devastado su territorio y su población. La decisión de Selenski aún debe ser ratificada por el Parlamento ucraniano y notificada a las Naciones Unidas, lo que añade un componente de incertidumbre a esta ya explosiva situación.
Organizaciones humanitarias han expresado su alarma ante las posibles repercusiones de esta medida, alertando sobre el impacto a largo plazo que las minas antipersona pueden tener en la población civil, causando mutilaciones y sufrimiento a quienes no mueren de inmediato. El mundo observa con preocupación cómo Ucrania, en su lucha por la supervivencia, se enfrenta a un dilema moral que podría cambiar el curso de la guerra y el futuro de sus ciudadanos.