El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha tomado una drástica decisión que sacudirá las relaciones bilaterales: ha firmado un memorando presidencial que prohíbe el turismo estadounidense a Cuba. Esta medida, anunciada este lunes, marca un regreso a las políticas más restrictivas de su primer mandato, revirtiendo los esfuerzos de la administración Biden por suavizar las tensiones con La Habana.
El memorando, que refuerza el embargo económico contra la isla, busca eliminar cualquier práctica económica que beneficie al régimen cubano o a sus agencias de inteligencia y seguridad. En un momento en que Cuba enfrenta una de sus peores crisis económicas en décadas, esta decisión podría tener repercusiones devastadoras para el pueblo cubano.
Trump también ha señalado un enfoque renovado en el apoyo al pueblo cubano, enfatizando la expansión del acceso a internet, la libertad de prensa y el fomento de la empresa privada. Sin embargo, la administración no tiene intención de reinstaurar la política de “pie mojado, pie seco”, que permitía a los migrantes cubanos permanecer en EE. UU. al alcanzar su territorio.
Además, el memorando ordena una revisión de las violaciones de derechos humanos en Cuba, incluyendo detenciones ilegales y el trato inhumano a los disidentes. Esta medida se produce en un contexto de creciente descontento social en la isla y una necesidad urgente de cambio.
Con esta decisión, Trump reitera su postura firme contra el régimen cubano, redefiniendo nuevamente el rumbo de las relaciones entre ambos países. La comunidad internacional observa de cerca, y el impacto de esta política se sentirá en ambos lados del estrecho de Florida.