La Princesa de Gales, Catherine, hizo una espectacular reaparición en el servicio anual de la Orden de la Jarretera, celebrado en el Castillo de Windsor, tras un año de ausencia debido a su tratamiento de cáncer. La princesa, de 43 años, fue vista riendo y disfrutando de la compañía de la Duquesa de Edimburgo mientras presenciaban la majestuosa procesión que incluyó a miembros destacados de la realeza, como el Príncipe William, el Rey Carlos y la Reina Camila.

Catherine deslumbró a los asistentes con un elegante vestido color crema de la marca Self Portrait, complementado con un sombrero de ala ancha de Shan Barrett y un collar de perlas sintéticas de la diseñadora Susan Kapan. Este evento, uno de los más emblemáticos del calendario real británico, marca la primera aparición pública de la princesa en dos años, tras haber sido diagnosticada y sometida a quimioterapia preventiva.

La Orden de la Jarretera, establecida en 1348, es la más antigua de Gran Bretaña y reconoce a aquellos que han hecho contribuciones significativas al servicio público. En la actualidad, su membresía es exclusiva, limitada a un máximo de 24 personas, que pueden incluir tanto hombres como mujeres de diversos orígenes.

Durante la ceremonia, el Rey Carlos, vestido con la tradicional túnica de terciopelo azul y el sombrero de plumas de avestruz, encabezó un desfile hacia la Capilla de San Jorge, donde se llevó a cabo el servicio religioso. La Princesa de Gales y la Duquesa de Edimburgo observaron la procesión desde el Porche de Galilea, disfrutando de la ocasión bajo el sol radiante.

El evento atrajo a cientos de espectadores, quienes vitorearon mientras la realeza desfilaba por los jardines del castillo. A pesar del calor, la atmósfera fue festiva, demostrando el apoyo continuo del público hacia la familia real. La presencia de Catherine en este evento no solo simboliza su regreso a la vida pública, sino también un renovado interés en la tradición y el deber que representa la monarquía británica.